Mucho hemos hablado ya de la importancia de tener en buen estado mecánico tu bici, aunque no nos hemos enfocado en cuándo cambiar las llantas de la bicicleta. Saber el momento justo de hacerlo es tan importante como frenar a tiempo para evitar un accidente.
Acompáñanos en esta nueva rodada, donde te diremos por qué es importante el cambio de llantas y cuándo realizarlo.
Cambiar las llantas de la bicicleta, ¿por qué es importante hacerlo?
Las llantas de tu bici son imprescindibles tanto en tu buen desempeño como ciclista como en el correcto estado de la misma. Tener un par de buenos neumáticos te garantiza mejor tracción y seguridad.
Por una parte, independientemente de si tu bici es de ruta o de montaña (MTB), el que no estén tan desgastadas te asegura un mejor agarre al pavimento, lo que te ayudará a ir más veloz, pero, también, a frenar con mayor precisión, evitando los peligrosos derrapes.
Si eres de los que prefieren el ciclismo de montaña, esto te ayudará a contar con una mejor tracción, por lo que sin importar si es tierra, grava, pasto o rocas, podrás escalar o descender sobre todo tipo de terreno.
Por otro lado, así como cambiar las llantas de la bicicleta cuando sea necesario te asegura un mejor agarre, tracción y frenado, también evitará que dañes otras partes de tu increíble vehículo. Pon atención a lo que sigue.
¿Cuándo cambiarlas?
Las llantas de la bici son los componentes de tu bicicleta más susceptibles al desgaste, pues todo el tiempo están en contacto directo y rudo con el pavimento, desgastándose a cada milímetro que recorren. Además, a diferencia de otras piezas que puedes engrasar, apretar y ajustar, no hay manera de recuperar el caucho que se pierde con el paso de los kilómetros.
Por ello, es importante que sepas cuándo cambiar las llantas de la bicicleta. Además de las razones anteriores, te mencionamos otras que serán de tu interés, así como las señales que te indican que es momento de comprar otro par de neumáticos.
Por otro lado, también debes tomar en cuenta que, cuando nos referimos a las “llantas”, englobamos tanto al aro de caucho como al rin de la misma.
Llanta dañada o agrietada
La manera más fácil y rápida de saber cuándo cambiar las llantas de la bicicleta, es si, al mirar el caucho del neumático a simple vista, este se encuentra agrietado, cuarteado o con rajaduras. Esto es normal con el desgaste extremo, pues, a cada vuelta que da, la llanta se hace cada vez más delgada.
Con el paso del tiempo, esto provoca que constantemente sufras pinchaduras y debas parchar o cambiar la cámara más seguido.
Rin cóncavo
Cuando usas frenos de zapata, estos aprietan directamente la pista de frenado del rin. Con el paso de los kilómetros, esto provoca que esa parte del rin se desgaste, formando una especia de concavidad en toda la circunferencia del mismo.
Si llevas demasiado tiempo con los mismos rines, te recomendamos pasar tus dedos sobre la pista de frenado. Si puedes sentir fácilmente dicha concavidad, es momento de cambiar el rin.
Mazas y bujes desgastados
Los bujes, también conocidos como mazas, suelen acumular tierra o cualquier otro tipo de suciedad en su interior. Aunque por fuera se vean limpios, es importante aplicarles una limpieza y lubricación interna, por lo menos, una vez al año.
Los valeros que llevan dentro pueden desgastarse por poco mantenimiento. Si bien esto no quiere decir que debes cambiar la rueda, sino únicamente las mazas y los valeros, es importante que los cuiden para que no afecten el neumático ni al rin.
Daño colateral al resto de la rueda
Cambiar las llantas de la bicicleta a tiempo, te permitirá evitar más descomposturas en otros componentes de la rueda, tanto en el rin como en los rayos.
Tener los dos neumáticos en buenas condiciones, hablando propiamente del caucho, sirve como un amortiguador para toda la llanta. Debido a que los neumáticos son los primeros en recibir el impacto de los baches, las piedras y demás objetos en el camino, cuando tienen el inflado correcto y el grosor ideal, evitan que estos golpes dañen el metal o aluminio del rin, así como los rayos.
Mientras más delgadas estén las llantas y tengan un mal inflado, pasar sobre una roca o golpear bruscamente el pavimento, será como si el rin recibiera el impacto de forma directa, provocando abolladuras. Esto también puede ocasionar que el aro se haga ovalado, lo que es todavía más peligroso y dañará todos los demás componentes.
En resumen…
La llantas de la bici son el primer filtro de impacto para el resto de la misma al momento de rodar, tenerlas en buen estado te garantiza tener en mejor estado el resto de las piezas del aro o rin.
Asimismo, te permite tener un mejor frenado y derraparte menos, lo que aumenta tu seguridad en el camino. Cuando circulas por una ciclovía, esto es esencial si es que, por accidente, llegas a subir a los confibicis, aunque algunos de estos canalizadores cuentan con sus propias características antiderrepantes.
Así que ya lo sabes, cuando tu rin esté ovalado, los rayos deformados o el caucho de tus neumáticos se encuentre desgastado, es momento de cambiar las llantas de tu bici.
Claro, habrá ocasiones en las que el rin se puede centrar y los rayos reemplazar. Todo es cuestión del buen trato que le das a tu vehículo de dos ruedas.