Con la historia de la ciclopista, nos quedó en claro que la necesidad de carriles exclusivos para tránsito ciclista no es un lujo, sino una necesidad, y uno de los países latinoamericanos que mejor lo aprendió fue Colombia, propiamente su capital; para muestra de ello basta con conocer el maravilloso surgimiento de la famosa Ciclovía Bogotá.
Por eso, en el paseo de este día, vamos a conocer un poco más de cómo se inició este gran proyecto. ¿Nos acompañas? Entonces prepara tu bicicleta y ponte ropa cómoda, porque será un paseo de muchos kilómetros.
Ciclovía Bogotá, los inicios
No hay mejor manera de que una ciclovía surja que por la exigencia y petición de los ciudadanos, pues si bien el gobierno es quien debiera proveer estos espacios sin que siquiera se los pidan, son los ciclistas quienes viven los riesgos de andar sobre ruedas en su día a día. De allí que conozcan la necesidad de contar con espacios seguros y exclusivos.
Entre estas razones y la apropiación de las calles por parte del transporte motorizado, fue que el 15 de diciembre de 1974, cinco mil valientes ciclistas tomaron sus bicis y se apoderaron del centro de Bogotá. La intención fue circular libremente, evitando que carros y buses transitaran por las avenidas momentáneamente. Esto a manera de protesta por el poco espacio ciclista y la poca o nula precaución que los automovilistas pueden tener para con los usuarios de bicis.
Los responsables de esta iniciativa fueron una organización independiente sin ánimo de lucro denominada “Pro-cicla” con apoyo del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte. El evento fue conocido como “Mitin a favor de la Cicla” y logró convocar a poco más de 5 mil simpatizantes.
A partir de ese día, la ciclovía Bogotá comenzó a dar sus primeros pedaleos, pero todavía no rodaba por completo.
Ciclovía Bogotá, el nacimiento
Si bien el “Mitín a favor de la Cicla” sentó las bases para la instauración oficial de este gran proyecto, no fue sino hasta dos años más tarde que la Alcaldía de Bogotá dio el siguiente pedaleo. Esto consistió en destinar vías exclusivas para los usuarios de bici.
Estas fueron situadas lo más estratégicamente que se pudo. Esto con el fin de que fueran seguras para los ciclistas y sólo ellos y peatones pudieran transitar en armonía.
El siguiente esfuerzo ocurrió el 7 de junio de ese año. En esa fecha se expidieron los decretos 566 y 567 donde se especifican los diversos tipos de ciclovías, se proponen rutas permanentes e incluso se plantea ‘La Ciclovía’, un espacio recreativo y temporal durante cada domingo, donde se impida el paso de autos en grandes avenidas por algunas horas.
¿Les suena conocido este proyecto fuera de Bogotá? Más adelante hablaremos de ello.
Gracias a estas medidas, finalmente, el 20 de junio de 1976 se decreta el pleno funcionamiento de la Ciclovía Bogotá, o Ciclovía bogotana, como también se le conoce. El proyecto por fin rodaba, pero aún no a su máxima velocidad.
El apogeo…y declive
La ciclovía de Bogotá comenzó con gran aceptación. Sin embargo, en el comienzo solo se contemplaba el recorrido por las carreteras 7ª, 13ª y entre las calles 32 y 39. Era un recorrido total de apenas 34 km. Un buen comienzo, que se apagó poco a poco, pero nunca por completo.
Si bien el auge de la gran ciclopista duró casi 20 años, para la Secretaría de Tránsito y Transporte, el proyecto se fue convirtiendo en una función adicional y no primaria. La infraestructura ciclista de la misma estaba en muy mal estado y, por si fuera poco, no se contaba con apoyo administrativo ni programación alguna.
Esto provocó que la ruta se redujera a menos de 20 kilómetros. Y, como suele pasar en casi todos los países, se le dio prioridad a las zonas con un nivel socio-económico medio alto y alto.
Afortunadamente, se le dio una segunda oportunidad al proyecto. En 1995 pasó al Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), el cual, mediante ciertos objetivos, le dio una nueva vida a la ciclovía.
Los nuevos objetivos
Con tal de que el proyecto renaciera (aunque nunca murió), se pactaron varios puntos con los que se buscó crear el parque lineal más grande del mundo. Esto con la intención de mejorar la calidad de vida de todos.
Los puntos que se acordaron fueron:
- Recreación gratuita para todos los habitantes.
- Contribuir a la mejora de la salud física y mental de todos.
- Mejorar el medio ambiente con menor ruido y mejor calidad de aire.
- “Cambio mental” entendiendo que las calles son espacio público y pueden tener diferentes usos según la hora del día, el día de la semana.
- Integración social de ciudadanos de todas las edades y condiciones socio-económicas.
- Crear un lugar donde todos los ciudadanos se encuentren “como iguales”. Unos podrán tener bicicletas de lujo y otras muy económicas, pero todos se divierten igual y tienen los mismos beneficios.
La creación de la serpiente
La siguiente etapa del proyecto fue la más ambiciosa con tal de rescatar la ciclovía de Bogotá. Por fortuna, todo fue sobre ruedas y, hoy en día, es uno de los más poderosos y pionero en su tipo.
De 1995 al año 2000, se le inyectó una increíble ayuda al programa, tanto económica como moral, consiguiendo una mejor infraestructura y, mejor todavía, la expansión del mismo.
Entre los logros más importantes están:
- La expansión a más del doble de su longitud original. Si bien en un inicio la ciclovía bogotana contó con poco más de 20 km, para después reducirse a menos de 20, con el renacer de la obra, esta gran serpiente ciclista aumentó a 121 kilómetros.
- Lo anterior generó que, finalmente, la ciclopista no solo pasara por estratos medio-altos y altos, ya que ahora conectaba también con las zonas de más escasos recursos.
- Su presupuesto no fue lo único que aumentó, tampoco su kilometraje. La renovación de la vía consiguió que, en muchas ocasiones, el promedio de asistentes sea de más de millón y medio los domingos y los días festivos del año.
- También se incrementó el horario en dos horas, de 7:00 am a 2:00 pm.
- Otra adición más fueron las Recreovías, que son espacios públicos a lo largo del recorrido donde se organizan otras actividades deportivas y recreativas.
- En diciembre de 1999 se llevó a cabo por primera vez la Ciclovía nocturna, donde participaron más de tres millones de personas.
Ejemplo para América Latina
Si estás fuera de Bogotá, seguro este proyecto se te hizo bastante familiar. Nada raro tomando en cuenta que la ciclovía de Bogotá sirvió de inspiración a otros países. Así, muchos de ellos cuentan con ciclopistas recreativas donde, cada domingo, se cierran avenidas importantes durante unas horas para permitir la libre circulación de ciclistas.
En México, por ejemplo, se instauró el Paseo Dominical Muévete en Bici. Este se realiza en una de las avenidas más importantes del país y, al igual que la bogotana, cuenta con zonas recreativas a lo largo de todo el trayecto. También, frecuentemente se organizan rodadas nocturnas donde la gente acude disfrazada y hasta con sus mascotas.
Otros países o capitales que adoptaron la medida fueron Santiago de Chile (Chile), Quito, Cochabamba, Caracas (Venezuela) y El salvador. Aunque, claro, cada vez se suman más.
Y tú, ¿ya paseaste por una ciclopista de esta clase?