Julio 2024 se despidió con la inauguración de la enorme y nueva ciclovía Trans Dinarica que conecta a nada más y nada menos que a ocho países de Europa. Esta ciclopista se convierte en una de las más importantes infraestructuras de dicho continente.
La nueva ciclovía europea tiene una longitud de nada más y nada menos que de 5 mil kilómetros. Los países por lo que cruza son: Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Kosovo y Serbia y Eslovenia.
Su enorme longitud permite a los ciclistas cruzar por diversos y variados paisajes. La reciente infraestructura ciclista recorre parques nacionales, bosques, pueblos, carreteras poco transitadas, rutas ciclistas preexistentes, así como los Balcanes Occidentales y la costa Adriática.
Así, la ciclovía Trans Dinarica ofrece una experiencia sin igual a los ciclistas, quienes ahora pueden apreciar paisajes naturales, ciudades históricas y llamativos entornos urbanos. De esta manera, la ciclopista funciona como un puente físico entre estos países, pero, también cultural.
Por supuesto, el magno carril ciclista también representa una oportunidad de turismo para todas estas naciones. Entre sus principales objetivos está incentivar las visitas a los pueblos y aldeas con un enfoque turístico. Con ello se espera un mayor desarrollo económico sostenible.
Cabe destacar que la ciclovía Trans Dinarica está dividida en secciones de 50 km. Al final de cada uno de ellos, los ciclistas encontrarán un lugar para descansar, comer y alojarse.
Con todo esto, la desarrolladora del proyecto, GoodTrail, buscó que esta gigantesca infraestructura ciclista beneficie económicamente a las comunidades locales de la región.
Y es que la idea no es únicamente que el ciclista recorra la pista, sino que se detenga en zonas específicas y disfrute de los atractivos de los diferentes países, como Croacia, Serbia, Albania y Montenegro.
¿Cómo surgió la nueva ciclovía Trans Dinarica?
La idea de la ciclovía Trans Dinárica surgió desde 2016, cuando tres operadores turísticos buscaban la manera de crear un corredor que se extendiera a través de los Balcanes Occidentales. La intención fue combinar el ciclismo con el viejo mundo de la región. Además, se planeó que, con esto, más gente conociera y visitara los sitios de la UNESCO, pueblos y parques nacionales de la zona.
Tras casi ocho años, esta ciclovía se terminó a finales de junio pasado. Ahora, esta ciclopista representa una alternativa ecológica al transporte motorizado que funciona en todos los aspectos.
Principalmente, es una enorme conexión segura entre distintos países. También funciona como un gran impulso al turismo, así como a la economía local. Por último, representa un gran avance en la movilidad y los transportes sustentables.
Además, indirectamente, también busca que la visita y asistencia de las personas a los sitios culturales y naturales, impulse a las autoridades correspondientes a mejorar la infraestructura de otros transportes en la región.