Mitos de las ciclovías, ¿son ciertos o falsos?

mitos de las ciclovias

A pesar de los beneficios de las ciclopistas, todavía se mencionan algunas desventajas que estas podrían tener, ya sea tanto para los automovilistas y peatones como para los propios ciclistas; por ello, hoy vamos a hablar sobre la veracidad o falsedad de algunos mitos de las ciclovías.

Ajusta tus velocidades y revisa la presión de las llantas, porque esta vez habrá subidas y bajadas en esta divertida rodada. ¿Listo? ¡Vámonos!

Mitos de las ciclovías, ¿cuántos conoces?

Desde “ser un estorbo para el automovilista” hasta “quitarle clientes a los negocios”, son diversas las creencias que se tienen sobre usar las ciclopistas. Te presentamos algunos mitos de las ciclovías. Veamos si adivinas cuáles son falsos y cuáles verdaderos:

Las ciclovías incrementan el tráfico

Si bien es cierto que se reducen los carriles para los automovilistas, también es verdad que la calle es de todos y para todos. Existe el mismo derecho de circular para un vehículo motorizado que para uno no motorizado. Por ello, una ciclovía no roba el espacio en la calle, por el contrario, lo distribuye para que personas con vehículos que no necesitan de motor rueden sobre ellas.

Le estorban a las personas con movilidad limitada

Este mito va muy relacionado con el primero. Si bien los carriles exclusivos para bicicletas son para estas últimas, por ellos también pueden ir personas que utilicen silla de ruedas. Es más, en la ciudad de México, también está permitido que en las ciclopistas vayan triciclos y hasta carritos de carga, conocidos como “diablitos”.

Las ciclovías son peligrosas

Se trata de un mito de las ciclovías que tiene un poco de verdad y un poco de mentira. Lo cierto es que es mucho más seguro rodar dentro de una ciclovía confinada que en un carril de autos. Pero, por otro lado, para que una ciclopista sea 100% segura, debe contar con la infraestructura necesaria que le brinde protección al ciclista. Esto puede ser desde un correcto asfaltado y bacheo de la misma, hasta elementos delimitantes como confibicis, postes flexibles, canalizadores y hasta biciloseta; en fin, todos los artículos necesarios para evitar que los carros invadan dicho espacio.

Nadie circula por ellas

Mucho de esto depende, como dijimos en el punto pasado, de la correcta construcción de la ciclovía. Cuando esta se encuentra en malas condiciones, los ciclistas prefieren ir por la banqueta o en sentido contrario (que, dicho sea de paso, ambas cosas están prohibidas). Sin embargo, cuando se tiene una correcta construcción de estas pistas, aumenta la presencia de ciclistas de forma exorbitante, como lo hizo la Ciclovía Insurgentes, que elevó hasta un 275% los viajes en bici.

Se llega más rápido en carro que por ciclovía

Todo depende de la distancia a recorrer. Por supuesto que si se desea ir de un extremo del país al otro, se llegará más rápido en auto, ¡y mucho más si es en avión! Sin embargo, para distancias cortas por debajo de los 30 kilómetros, se puede llegar en menos tiempo en bici que en coche. Por ejemplo, con la ciclovía que va de la delegación Azcapotzalco o Naucálpan, el trayecto en bicicleta es de 25 minutos, mientras que en transporte público es un promedio de 45 a 50 minutos.

Construirlas es demasiado caro

Uno de los mitos de las ciclovías más fáciles de refutar que la teoría de la tierra cuadrada. Sí, es cierto que una buena infraestructura ciclista no es barata, pero presenta más beneficios a largo plazo para la movilidad y los ciudadanos que los gastos que implica crearla. Cada gobierno tiene sus presupuestos para obras viales, pero la diferencia entre construir una pista para ciclistas que una para automovilistas es abismal. ¿No lo crees? De acuerdo con el director del Instituto del Deporte de la CDMX, Javier Hidalgo Ponce, un kilómetro de ciclovía cuesta 2 millones de pesos, mientras que una auditoría del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) reveló que, en México, un kilómetro de autopista cuesta 26,8 millones de pesos, es decir, 2 millones de dólares.

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Afectan mi economía personal

Si creías que una ciclovía afecta tu bolsillo por usarla, te tenemos buenas noticias, pues seguramente sentirás más pesada tu cartera o monedero al final de la semana, cuando te des cuenta del dinero que ahorraste en transporte público o, en todo caso, que invertiste en otra cosa, como un kilo de tortillas, un pan de dulce o la cartulina de último momento que tu hijo olvidó comprar. Si, por el contrario, eres dueño de una tortillería, panadería, papelería o cualquier otro negocio frente o cercano a una ciclovía, déjanos decirte que diversos estudios han indicado que las ventas aumentan cuando se tiene una pista de esta clase cerca, pues el flujo de posibles compradores aumenta.

Mitos, ¿todavía los crees?

Después de esta pequeña rodada, esperamos que ahora hayan quedado derrumbados algunos mitos. Hay algunos que son ciertos, como pudiste ver, pero afortunadamente tienen solución mediante una mejor cultura vial por parte de todos: ciclistas, peatones, automovilistas, motociclistas y cualquier habitante.